Gracias primero que todo a Dios por permitirnos cumplir esta misión, al equipo de trabajo de la fundación Vivo Con-Sentido, al grupo de colaboradores y especialmente a cada uno de los padrinos y madrinas que nos apoyaron y confiaron en nosotros, para poder llevar el mensaje de alegría y esperanza a tantos lugares durante esta navidad.
Detrás de cada obsequio entregado, hay un amigo, amigo de un amigo, conocido o un ángel anónimo que se identificó con esta causa, o que le generó sensibilidad la carta escrita por un niño en condición de vulnerabilidad.
Detrás de cada uno de ellos hay una historia de vida, la cual nos reafirma lo afortunados y bendecidos que somos; cosas que son rutinarias e insignificantes para nosotros, para ellos pueden ser su mayor alegría.
Aunque fue mucho lo que dimos, fue aún más grande lo que recibimos. La alegría, esa mirada de asombro, el abrazo sincero, el llanto de la madre al ver a su hijo recibir algo que ella no estaba en capacidad de darle, terminar una larga jornada con un gran cansancio pero con la una satisfacción aún mayor y con el corazón desbordado de felicidad.
Mil gracias a cada uno de ustedes, sin su apoyo, sin su confianza, sin su bendición esto no hubiera sido posible.