La presencia de un niño con necesidades especiales no solo desencadena alteraciones en la economía familiar, sino que además genera cambios significativos en las condiciones de vida de los miembros de la familia, especialmente en aquella que desempeña el rol de cuidador (a).
Esta es una tarea que en ocasiones resulta difícil delegar, se puede creer que ninguna otra persona puede satisfacer las necesidades de su hijo de la forma en que lo hace la madre o el padre, ocupando gran parte del tiempo y dejando otras esferas de su vida en un segundo plano, lo cual, con el tiempo puede generar agotamiento mental, emocional y físico.
La Fundación Vivo Con-Sentido tuvo la oportunidad de compartir un taller con madres y cuidadores de niños con parálisis cerebral, en el marco del día internacional de las personas con discapacidad, en homenaje a estos maravillosos seres de luz, a su entrega, fe inquebrantable y amor incondicional.
En este espacio se socializaron algunas pautas para que los cuidadores diseñen sus propias estrategias de autocuidado, para la gestión adecuada de sus emociones y reorganización de tareas para el abordaje de sus propias necesidades.